Su historia
Los rábanos eran una verdura comúnmente cultivada durante el Imperio Romano.
El rábano fue uno de los primeros alimentos cultivados en la antigüedad. Se cree que sus orígenes se remontan a la época de los egipcios, aunque también hay pruebas de su uso en la antigua Grecia.
En la Edad Media, los rábanos eran una verdura muy común en la cocina europea. Se utilizaban como una forma de conservar los alimentos para el invierno y se servían en platos como la col y la sopa.
Los rábanos se hicieron aún más populares en el siglo XVIII, cuando se descubrió que su alto contenido de vitamina C los hacía especialmente beneficiosos para la salud. Los rábanos se comían como parte de ensaladas, sopas, platos principales y postres.
Hoy en día, los rábanos se cultivan en todo el mundo y se utilizan en numerosas recetas. Se pueden comer crudos, cocidos o salteados. Se utilizan también para preparar salsas, sopas y otros platos.

Sus propiedades
Los rábanos son un alimento saludable y nutritivo, con propiedades nutricionales que los hacen una excelente opción para complementar una dieta sana.
1. Bajo en Calorías: Un rábano de tamaño medio contiene sólo 19 calorías.
2. Riqueza en Fibra: Los rábanos tienen un contenido alto de fibra dietética, lo cual ayuda a mejorar la digestión y a prevenir el estreñimiento.
3. Alto en Vitamina C: Los rábanos son ricos en vitamina C, un nutriente esencial para la salud. Esta vitamina ayuda a fortalecer el sistema inmune y ayuda a prevenir infecciones y enfermedades.
4. Alto en Potasio: Los rábanos contienen una gran cantidad de potasio, que ayuda a regular el equilibrio de líquidos en el cuerpo y a regular los niveles de presión arterial.
5. Contienen Antioxidantes: Los rábanos contienen una variedad de antioxidantes, que ayudan a prevenir el daño de los radicales libres en el cuerpo. Estos antioxidantes también ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro.
Cómo se cultiva
1. Elige un lugar para tu huerto de rabanos. El sol de la mañana es una buena opción para la mayoría de las plantas, ya que les da la luz solar necesaria para crecer y desarrollarse.
2. Prepara el suelo para la siembra. El suelo debe ser suelto, de buen drenaje y rico en nutrientes. Mezcla abono orgánico con el suelo antes de la siembra.
3. Plantar las semillas. Plantar las semillas a una profundidad de 1/4 a 1/2 pulgada (0,6 a 1,3 cm). Espaciar las semillas a unas 3 pulgadas (7,6 cm) de distancia unas de otras.
4. Regar diariamente. El agua es esencial para el crecimiento de los rabanos, así que mantén el suelo húmedo. Esto es especialmente importante durante los periodos de sequía o cuando el viento es muy intenso.
5. Remover las malezas. Mantén tu huerto limpio al remover las malezas que puedan competir con tus rabanos.
6. Cubre los rabanos. Los huertos de rabanos son susceptibles a los daños por el frío y el viento. Por lo tanto, recomendamos cubrir el área con una lona para mantener el calor y evitar que el viento los dañe.
7. Cosechar los rabanos. Los rabanos estarán listos para cosechar cuando su tamaño haya alcanzado aproximadamente los 2 a 3 pulgadas (5 a 7,6 cm). Utiliza una herramienta con una punta afilada para cosecharlos.
Enfermedades
Las principales enfermedades y plagas de los rábanos son:
1. Peronospora del rábano: Esta enfermedad se debe a un hongo que causa manchas marrones en las hojas y frutos, que luego se desarrollan en una masa de moho grisáceo.
2. Ácaros rojos: Estos ácaros pueden causar un daño significativo en el follaje y los tallos de los rábanos. Se manifiestan como pequeñas manchas marrones en la superficie de las hojas.
3. Mosca de la col: Esta plaga se caracteriza por una pequeña mosca blanca que se alimenta de los frutos de los rábanos, haciendo que se marchiten y se desechen.
4. Larvas de la mariposa del rábano: Esta plaga se caracteriza por una mariposa pequeña que deposita sus huevos en el follaje de los rábanos, lo que causa daños al follaje y al fruto.